Acechante, el pasado, se puso a su lado. Lo tomó de la mano obligándole a avanzar.
Así fue que repetió los errores de antaño.
El presente no reaccionó. Y su mañana dejó de existir
Un vestido rojo con flores amarillas.
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Él la había soñado muchas veces, tan frágil y bella como una mariposa,
hasta que un día la vio reflejada en el espejo. Tendió sus manos y
lenta...
Hace 10 horas.
4 comentarios:
Muy melancolico el blog...pero eso es lo que lo hace especial
:D
Muy melancolico el blog...pero eso es lo que lo hace especial
:D
El pasado nos lleva siempre de la mano. Sospecho que con algunos ni siquiera se molesta en acechar...
Me gustó. Eso de que el pasado se pose a su lado... entonces realmente no tiene culpa de cometer sus errores.
Sigo leyendo por aquí, Netomancia.
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