La veo tendida a mis pies en sumiso sueño.
Obediente silencio que es compasión de la muerte.
Las estrellas no lloran lo que no sienten ni objetan lo que no han visto.
El rocío es escenario secundario. Olor a pino en el aire.
A los lejos, un ulular histérico vaticina la pesadumbre.
Ella sigue a mis pies. Se fue, llevándose las respuestas.
Quedarán las penas y viviré con ellas.
Por siempre.
Casa de regalos.
-
Mi trabajo en una casa de regalos me lleva a conocer personas y personajes
que llegan a ser sorprendentes.
Hace unos días, René, mi compañera de...
Hace 4 días.