Versión con fondo blanco, para ojos sensibles

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26 de noviembre de 2020

Corre, Diego, corre

Corre dejando atrás rivales,
corre sin dejar atrás a su equipo,
corre en el potrero, en La Paternal, La Boca, el mundo entero,
corre sin necesidad de mirar la pelota, porque la pelota es parte de su cuerpo,
corre para alzar la Copa, sin casarse con la FIFA,
corre para plantarse ante los poderosos, 
corre para alegrar a los que pierden día a día, para que se escuche su voz,
corre por su pueblo, que no conoce de fronteras, 
corre por la gente que ve en sus gambetas la prolongación de sus sueños,
corre por aquellos que lloran sin consuelo, enterrados en el barro de la vida
corre por quiénes no olvidan los orígenes en una villa, ni se avergüenzan de cartonear por pocos pesos,
corre para los que le rezan en una tierra de dioses imaginarios, al más humano de ellos,
corre para ser Diego, un tal Maradona,
corre para escapar de su fama, atrapado en su sueño,
corre para ser el mejor de todos, a pesar de los defectos,
corre no para ser un ejemplo, sino para señalarnos que nadie es perfecto,
corre hacia el infinito, como un barrilete cósmico sin dueño,
corre llevándose nuestros sueños, pero dejándonos miles de recuerdos,
corre para que lloremos, sin consuelo, huérfanxs en este duelo,
corre para que, a pesar de su partida, sigamos luchando ante las injusticias,
corre porque sabe que del otro lado, siempre hay un arco.

22 de noviembre de 2020

Fideos

Puse agua en una cacerola, prendí la hornalla, y dejé que hierva. Después agarré el paquete de fideos, lo abrí con cuidado de no desparramarlos por todas partes y dejé caer el contenido en el recipiente con agua hirviendo.
Aproveché para salir a la calle a sacar la basura. En qué momento comenzaron a explotar, lo ignoro, escuché los disparos a mis espaldas y volví corriendo, pero era tarde: las municiones habían hecho estragos en la cocina, además de matarme al gato.

14 de noviembre de 2020

Conjuro para no llorar


Se junta coraje, se respira hondo y dejando escapar el aire de a poco, se piensa en una sonrisa, en aquella caricia que aún nos estremece el alma, en las palabras de aliento alguna vez recibidas, en ese abrazo protector que se añora, en el aroma de la niñez que cada tanto retorna, en el gol de Diego en el ochenta y seis, en las manos que nos levantaron tras una caída, en esas palabras que alguna vez nos dijeron al oído y nos sonrojaron, en el sabor de las milanesas que uno comía cuando niño, en la sensación de ayudar al otro, en la melodía de una hermosa canción silbada, en las veces que nos arrancaron una risa con un chiste malo...

Y si eso no funciona y las lágrimas aprietan... solo nos queda mordernos los labios y aguantar.

Mordernos los labios (hasta sangrar).

6 de noviembre de 2020

T O C

Toc. Un toc. Tengo un toc. Mis oraciones crecen gradualmente. Incrementan de a una palabra. Si fueron cinco, ahora son seis. Esto confiere mucha dificultad a mis cuentos. Y la manía me carcome mucho la cabeza. He tratado el problema con un psicoanalista y nada. Últimamente pensé en dejar de escribir pero no he podido. Mis manos obedecen al inconsciente, mientras el consciente atormenta mi mente. Y entre palabra y palabra, crece dentro el deseo de ponerle fin. Levanto la vista, cierro la libreta, y sin terminar el cuento, digo adiós.