Trato de no ver, de apartar la mirada, de hacer fuerza con los párpados para espantar los miedos. Pero hay algo que es peor, algo que aún persiste y es el sonido. Porque aún puedo oírlo, y a pesar de tener clausurados los ojos, mis oídos traicionan todo esfuerzo. Por eso llevo las manos hacia las orejas y las oprimo con violencia, sin importar el dolor que les causo, que me causo.
Ahora sí, ahora estoy a salvo. Me creo a salvo. Evado el momento, el temor, al monstruo del destino. Y entonces, cuando siento que las paredes vibran, que bajo mis pies pareciera que se ha desatado un terremoto, abro los ojos, hago las manos a un lado y me uno al grito de todos, al alarido más potente que un ser humano pueda dar: penal y gol sobre la hora.
La boheme.
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Es escuchar la música de “La Boheme” en la voz de Aznavour, tu presencia se
hace presente, regresas desde tu mundo oscuro y vuelves a cantar...
Hace 3 horas.
1 comentario:
http://www.666cuentosdeterror.com/2014/02/mas-cuentos-de-terror.html?m=1 te conocí oor Mauro Croche y se lo agradezco mucho, tus historias son oro puro. Gracias por tanto
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