A veces las palabras están de más y una sonrisa vale por mil de ellas.
Tan simple como eso.
¿Dónde está Carlitos?
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El policía parecía tonto, le explicaba lo sucedido y no me entendía.
—Explíquese de nuevo señorita —me dijo— hable despacio y no grite.
Respiré hond...
Hace 4 días.