El pensador le dijo a un sacerdote:
- Escribir es un impulso, a veces predeterminado y otras no. Matar también.
¿Existirán más libros o más asesinatos?
El sacerdote entornó la cabeza y meditó varios minutos, para luego contestar:
- Sólo Dios lo sabe.
El pensador entonces agregó:
- Pero... le importa?
El sacerdote se sumió en un silencio del que nunca regresó.
Pobres tontos.
-
Y construyó, castillos en el aire
A pleno sol, con nubes de algodón
En un lugar, adonde nunca nadie
Pudo llegar usando la razón.
Inspirado en la canc...
Hace 12 horas.