Versión con fondo blanco, para ojos sensibles

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24 de agosto de 2010

Las sendas químicas (parte I)

- Mamá, están dibujando en el cielo.
- ¿Qué?
- El cielo mamá, mirá, alguien dibujó líneas blancas.

Observatorio, Miércoles 25 de agosto de 2010, 19.15 hs. 
La campanilla del teléfono repiqueteaba continuamente. El sonido pretendía devastar hasta al tímpano más entrenado, sin embargo nadie acudía para atenderlo. Los hombres reunidos en la oficina del director lo escuchaban, pero era un detalle menor en aquella tarde.
Los ánimos estaban caldeados. El silencio que escondía el problema desde hacía años finalmente se había quebrado. La verdad era parte del problema. Ni siquiera ellos, allí entre esas cuatro paredes, podían estar seguros de saber con exactitud lo que estaba pasando. Y sin embargo, eran conscientes de estar enfrentando el último designio por la supervivencia de la humanidad.

La ciudad, tarde del 25 de agosto de 2010
Juan caminaba apurado, sin siquiera observar con detenimiento el tránsito alrededor. La ciudad respiraba a sus anchas, mientras él la atravesaba como un rayo, los ojos puestos en su celular enviando y contestando mensajes sin levantar la vista en ningún momento.
Analía casi se lo lleva por delante, pero no se detiene, tampoco le importa. Está acostumbrada, así es la ciudad, todos viven en su mundo y por ella está bien. Esa forma de pensar evita que pierda el hilo de la conversación con su jefe, que luego de enviarla a sacar fotocopias se ha dado cuenta que necesita al menos tres legajos más que resguardar. Analía por lo tanto pega la vuelta por donde vino, sin chistar, sin quejarse. Solo se apura, para poder cumplir con los mandados a tiempo.
¿Es Joaquín un buen taxista? Los últimos libros de autoayuda que leyó lo llevan a pensar de esa forma. ¿Es Joaquín buen marido?¿Es Joaquín un hombre que guarda sus ahorros? Al principio aquello le parecía una pavada, pero ahora era un buen ejercicio que lo mantenía despierto al volante de su vehículo y atento a los vaivenes del caos vehícular de la ciudad. Cómo le decía su esposa, podía manejar y escuchar esos cds de autoayuda al mismo tiempo. ¿O acaso no era hombre?
Afuera parece hacer un día hermoso, pero para Kevin y Ezequiel el mundo es rectangular, tiene pantalla plana y dos mandos a distancia, además de una consola negra y delgada. El sonido de la batalla los envuelve en el encierro, en un cuarto A de un edficio cualquiera.
Miranda piensa en que es posible que le pregunten lo de Gordon Childe. Si bien solo había sido sugerencia lo del libro, al final siempre sucedía lo mismo. Aquello que no estudiaba o leía, era bolilla en el examen. De todas formas no tenían intención alguna de ponerse a leer en el subte. Mp3 en el bolsillo, auriculares en los oídos, la música era ahora su dueña. La música y el deseo de terminar el día.
Sonidos de cubiertos chocando entre si, murmullo interminable de mesas cercanas y el mismo menú de todos los días. Llama a la chica con un ademán de cabeza. Pide su triple de miga, con jugo de naranja para tomar. Mira el reloj, apenas si llegará a comer su sandwich, en diez minutos debe entregar las fotos en el diario. observa por la ventana su moto roja, encadenada contra una baranda en la vereda. Si no fuera por ella, no llegaría a tiempo a ninguna parte.

Estudios de la radio, tarde del 25 de agosto de 2010
Donsanti lo mira a Estevez por tercera vez y baja de nuevo la vista. Cuelga el teléfono y se mete en el estudio.
- Che, Cacho. Otro llamado con eso del cielo.
- Me tienen los huevos llenos con eso. Desde ayer que rompen las pelotas. Si querés digo algo, pero es una gilada.
- No se, no escuché nada en la tele. Pero bueno, en la tele si no hay un escándalo de un famoso, no lo pasan, viste como es...
- Ojo Willy que se te va el tema, dale, abrime el micrófono después de la tanda que digo alguna pelotudez así se dejan de llamar. 

Despacho de un senador, tarde del 25 de agosto de 2010
Pasea su mirada sobre el escritorio, evitando el escrutinio de esos ojos vidriosos a punto de estallar que están del otro lado del mueble. Debe ceder, porque su cargo no le permite esos privilegios. Los ojos se cruzan y las palabras finalmente salen de su boca.
- ¿Está seguro de lo que me informa Filiberti? ¿No le estaremos errando con esto? Mire que parece... no se, parece...
- Una película de ciencia ficción ¿no?
- Si, exacto.
- Eso quisiéramos Senador, pero no. Es la verdad.

Afueras de la ciudad, misma tarde, 25 de agosto de 2010
La brisa se había levantado minutos atrás, pero había ido prevenido. Se puso el saco de hilo que le había regalado su mujer para el último cumpleaños que pasaron juntos. Ahora estaba mejor. Se colocó de nuevo los prismáticos y siguió observando el cielo.
El celeste recortado por líneas blancas, tres en paralelo de norte a sur y dos cruzando a éstas de este a oeste. Estaban allí desde hacía media hora, pero todavía no se habían disipado. Tomaba nota en su libreta, sentado sobre el capot del jeep.
El tiempo medio para desaparecer era de cuarenta minutos, al menos era el promedio de los avistamientos de los últimos ocho años. De sus avistamientos. Pero coincidían con los de los demás.
Los dos primeros aviones habían dejado las estelas que había catalogado como vertical derecha y vertical centro, luego un tercer avión dibujó la horizontal superior y otro, que no creía que fuera alguno de los dos iniciales, la horizontal inferior. La vertical centro era la más reciente y su forma aún no se había ensanchado tanto como las otras.
Apenas cinco, hubo ocasiones en que había observado hasta doce al mismo tiempo. Sucedía en algunas partes, era posible verlas desde la ciudad, pero le resultaba más cómodo hacerlo desde un lugar calmo, alejado de la locura, del ajetreo, el mismo que paradójicamente quitaba la costumbre de mirar hacia arriba, de apreciar la bóveda que nos cubre como humanidad y que desde hacía un tiempo era escenario de un terrorífico plan del que nadie podría escapar.
Y sin embargo, pocos lo sabían.

Cabina del jet Babylon X815, tarde 25 de agosto de 2010
- BJ reportándose, solicito nuevas coordenadas. Cambio.
- BJ aquí Control, coordenadas enviadas al computador, accesibles en cinco, cuatro, tres, dos, uno. Cambio.
- Coordenadas recibidas y ejecutadas. Cambio.
- Siga en solitario BJ, el rebaño se retira por hoy. Cambio.
- Entendido Control, voy a coordenadas como Lobo. Cambio.
- Ejecute y aguarde nuevas órdenes. Cambio y fuera.

Escuela de Enseñanza Media, tarde 25 de agosto de 2010
- ¡Benja, no seas boludo, se van a dar cuenta!
- Dale Oreja, saltá vos también. No seas pelotudo. No te van a echar por escaparte una vez.
- Pero si me ven escapandome con vos y le avisan a mis viejos, se arma boludo.
- Uh loco, tenés más vueltas. ¿No querías ver las sendas? Dale, que este es el horario. A la mañana no creo que te guste levantarte temprano.
- Bueno, salto. Esperá que veo si no me ve nadie...
- ¡Saltá la concha de tu madre!
- Bueno, ahí voy Benja.

Observatorio, Miércoles 25 de agosto de 2010, 20.05 hs. 
Noche cerrada, de pocas estrellas. La luna pisa el firmamento pero como con temor. En la puerta del observatorio, un joven que ya peina canas fuma un cigarrillo. Entre pitada y pitada observa detenidamente la brasa de la punta, el rojo resaltando en la oscuridad.
A su lado aparece Enrique, colega que lo dobla en edad. Inmaculada como siempre, la camisa parece querer ahorcarlo, sin embargo le gusta usarlas así y ya nadie le dice nada. Pero se lo nota pálido, ofuscado. Como pocas veces, está despeinado y ese signo, ese solo detalle, es suficiente para devolver al joven a la realidad, mucho más compleja que esa brasa que cobra vida cada vez que pita con fuerza.
- ¿Qué han dicho? - le pregunta a su colega.
- Lo de siempre, que debemos hacer silencio. Que hay órdenes.
- Pero no dicen de quién ¿cierto?
- Cierto. Es todo una mierda. Una puta mierda. Sabemos que no es bueno, pero si decimos algo desmantelan esto en un abrir y cerrar de ojos y a nosotros nos desacreditan para siempre.
- ¿Te dijeron eso? ¿Así abiertamente?
Enrique lo miró entornando los párpados e inclinando la comisura derecha del labio.
- Te creés que son boludos. Insinúan, no dicen nada, pero a la vez, te dejan saber que va a suceder sin necesidad de pronunciarlo.
- Eso allá arriba no es bueno, verdad. ¿Eso ya podemos darlo por seguro?
- Eso allá arriba no solo no es bueno. Es el comienzo del fin.
- ¿Del fin de qué?
Enrique no contestó. Se metió las manos en los bolsillos y contempló la noche. Luego de un par de minutos, preguntó:
- ¿Te llevo?
- Enrique, el fin de qué.
Su colega le acercó una mano al hombro y en gesto paternal lo oprimió suavemente.
- Querido Andrés, vamos, no más preguntas por esta noche. Te llevo a tu casa. Disfrutá de tu mujer. Quiero irme a la mía. Aún creo tener tiempo suficiente a pesar de todo para recomponer la relación con mi señora. Porque en definitva, nos iremos todos, de todos modos.

Estudios de la radio, noche del 25 de agosto de 2010 
El teléfono volvió a sonar. El operador lo atendió con la parsimonía de siempre. La voz del otro lado decía que tenía información sobre lo que habían mencionado al aire minutos antes. Miró al conductor, que hojeaba las páginas de un diario sobre la mesa del estudio y le indicó que levantara el tubo.
- Cacho, es sobre lo del cielo, atendé - le dijo desde el otro lado del vidrio.
A regañadientes cerró el diario y estiró el brazo hacia el tubo del teléfono.
- Si, diga.
- Mire Estevez, lo que acaba de decir al aire es un tema jodido, no me pregunte quién soy ni nada, le aseguro que no se trata de una estupidez ni de algo que pueda agarrar para la joda como hizo...
- ¿Quién habla? ¿Piraña sos vos, me estás jodiendo che?
- No soy... ¿cómo dijo, Piraña? no, no soy... escúcheme y escúcheme bien. Estoy arriesgando mucho con esta llamada. Trabajo con gente importante y esto que usted mencionó no es nuevo, hace rato que existe. Es delicado. ¿Alguna vez escuchó hablar de "sendas químicas"?
- En la puta vida.
- Bien, entonces présteme atención, porque las sendas químicas harán que su puta vida sea más corta de lo que espera.


- Mamá, que es esto que cae del cielo... ¿mamá? ¿mamá estás bien? No me asustes, levantate, mamá, levantate...
Amanda salió corriendo. El jeep de papá estacionaba justo delante de la casa. Corrió a sus brazos desesperada, con lágrimas en los ojos. 

Y de eso, hace ocho largos años.

Continuará....

6 comentarios:

SIL dijo...

Tuve la sensación de ver en una misma pantalla todos los cuadros.

(En simultáneo)

La adrenalina disparada totalmente.
El argumento, genial.
Parece un guión, el esos filmes cuyas escenas suceden al unísono y van uniendo personajes y situaciones hasta que por fin- sangrando y ansiando- se revela el eje de la trama.

CHE !!!! Excelente.

No te hagas rogar mucho con la continuación.

TKmucho, Netito.
Un placer leer su obra, caballero.

SIL

Con tinta violeta dijo...

Caramba, da rabia esto de quedarse a medias, después de haber estado intentando averiguar que sucede en cada escena. Me gusta mucho el planteamiento de varias escenas que al final terminarán de armarse y de mostrarnos la coincidencia o la conexión.
Muy bueno
Abrazos!!!

Netomancia dijo...

Doña Sil, muchas gracias! Si, tiene pinta de guión o al menos, es muy visual. Cambiará un poco el formato en las siguientes entregas, para no cansar con lo mismo, pero mantiene el ritmo. Ya está terminada la historia (puede dar fe doña Tinta que alcanzó a ver publicada por error la IV entrega ja!). Muchas gracias! Saludos!

Doña Tinta, como le daba rabia le publiqué la IV así cuando la iba a leer, desaparecía y se quedaba con más bronca. ¿Funcionó? Ja. Saludos!!!

Nicotina dijo...

De acuerdo con Sil! Eso me ahorra mucho, jajaja! Naaahhh! Esto es excelente Pipi, me dejó completamente de cara.. Los ambientes, los diálogos, el argumento! POR DIOS! Creí estar leyendo "EL Eternauta" por un momento.. Es genial primo, ya se quien va a ser mi guionista el día que sea director.. Jajajaja! Un abrazo grande "maistro"... Y me pongo de pie... CLAP! CLAP! CLAP! CLAP! CLAP! CLAP! CLAP! CLAP! CLAP!

Netomancia dijo...

Don Brownie, muchas gracias! Te vas de mambo con las comparaciones, pero siendo primo te entiendo jaja. Apurate con eso de director entonces, así salimos a rodar por ahí. Un abrazo grande!

mariarosa dijo...

Hola Neto.

¡Con qué te has descolgado esta semana1 Preanuncia algo de terror.
Me voy a leer la parte 2. Mariarosa