Versión con fondo blanco, para ojos sensibles

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23 de mayo de 2010

Tiempo muerto

Sabía de imposibles, de batallas perdidas y de ilusiones inalcanzables. Conocía los límites de la verdad y los anhelos vencidos por la burocracia.
La experiencia del fracaso recorría sus venas, en tanto los barrotes delimitaban su realidad.
De tanto gritar por libertad, había olvidado su significado, sepultado por el día a día, el tormento del encierro, la condena del recuerdo.
Su última carta vestía traje gris y una pulcra corbata azul. Estaba sentado delante de su celda en una silla de madera con un portafolios negro sobre sus piernas.
Esa esperanza había escuchado hasta la última palabra y ahora lo miraba en silencio, como sopesando las mismas, escudriñando en aquella historia las triquiñuelas del destino. Era la mirada de quién sabe que le han contado la verdad, pero que no se arroja a un precipicio por ella. Esos ojos eran sinónimo de cautela.
- ¿Y bien? – preguntó al cabo de un rato, aguardando aunque sea una negativa, pero sin soportar otro minuto más ese eterno silencio.
Pero el hombre de traje gris y corbata azul no contestó de inmediato, en cambio, buscó en sus bolsillos un reloj de cuerda y se lo extendió entre los barrotes.
Lo recibió sin entender el gesto. Estaba roto o por lo pronto, sin cuerda. Estaba detenido en las tres. Giró la manecilla para ponerlo en marcha, pero la misma se movía en falso.
- Está roto – afirmó. - ¿Para qué me sirve un reloj roto? En realidad… ¿se va a quedar ahí sentado?
El hombre sonrió. Señaló con la vista el reloj y le dijo:
- Dos veces al día indica la hora correcta.
¿Lo estaba cargando? No lo sabía, pero de algo estaba seguro. Estaba logrando irritarlo.
- Si señor inteligencia, eso es obvio. Pero solo si se lo mira en los momentos exactos. ¿Para que me sirve el resto del día?
El rostro sobre la corbata azul volvió a esbozar una sonrisa.
- ¿Cuántas veces piensa en el día que usted es una persona inocente?
- Todo el tiempo, pero eso…
- Y sin embargo, por más que lo piense todo el día, es algo que no le sirve. Pero si ese pensamiento se tiene dos veces un solo día, primero el jurado, y luego el juez, si tendría validez. Serían los momentos exactos, los que valen la pena. Y a diferencia del reloj, dependería de nosotros.
Se quedó mirándolo, aún sin comprender. El hombre de gris lo observó desde su silla, sin moverse.
- ¿Aún cree que está roto?
- ¿El reloj? Si, claro… el hecho que marque dos veces la hora no significa que funcione.
- Si no puedo convencerte de ello, entonces que sentido tiene convencer al jurado y al juez que eres inocente.
- Pero… qué tiene que ver una cosa con otra. ¿Es una broma?
- Cuestión de fe, mi estimado.
- Fe… mi caso ha deambulado por pasillos y escritorios y mi palabra jamás ha sido considerada y usted me pide fe. ¿Sabe que puede hacer con su fe?
- Lo mismo que con el reloj, supongo. ¿Cierto?
- Exactamente, lo mismo. Puede metérselo…
- Por favor, no se moleste en terminar la frase – lo interrumpió poniéndose de pie. – Me voy. Pida que me llamen si cambia de opinión. Y quédese con el reloj.
El hombre de gris se fue alejando por el pasillo. A pocos metros de la celda se detuvo y giró hacia el hombre detrás de los barrotes, haciendo visible otra vez la corbata azul.
- Sabe, – dijo a la distancia, pero sin elevar la voz – para que las cosas cambien hay que creer. De eso se trata la fe. No se trata de milagros ni nada de eso. Es más terrenal de lo que se imagina.
Volvió a darle la espalda y esta vez se perdió de su vista.
Se aferró a los barrotes, apoyando la cabeza en ellos. Creer. Vaya idea esa. ¿Creer en que era inocente? Eso ya lo sabía. Justamente a él se lo decía, que tanto conocía de causas perdidas, de noches sin dormir.
Arrojó el reloj sobre el colchón, casi con desgano, y se recostó amargado y sin esperanzas.
Un distante tic tac le erizó la piel.
Tanteó hasta encontrar el reloj y lo puso delante de sus ojos.
No pudo evitar que una lágrima se filtrara. No pudo contener las ganas de llorar.
Eran las 3:01 de un futuro repleto de incógnitas en el que quizá, pudiera volver a descubrir el significado de libertad.

16 comentarios:

Con tinta violeta dijo...

Vayaaaaaa, llegué primeeeee...
Señor Neto, tenga piedad que hoy es domingo (feriado) y no tenemos las neuronas para elucubrar mucho...
pero vaya...el abogado solo quería defender a alguien dispuesto a creer en sí mismo...para poder convencer a juez y jurado...Es difícil defender a un perdedor que ha tirado la toalla...
Fantástico el giro del reloj que vuelve a funcionar...y se alumbra de nuevo la esperanza.
Felicidades por el título (muy deportivo)
Besos!!!!!

mariarosa dijo...

Comparto con tinta violeta que lo tuve que leer dos veces para captarlo. Tienes que tener consideración de los mayores, jiji....
Muy cierto el que tiene fe en si mismo, puede lograr algo, pero si comenzamos el camino derrotados... se hace muy dificil.

mariarosa

HUMO dijo...

Querido Neto: es increíble como me adentran en la historia tus mágicas palabras, el diálogo no tiene desperdicio, es una joyita, el relato en sí , es impecable, el nudo y el desenlace hacen de ésto el deleite para el lector.

No 10, mil puntos felicitado y no le critico absolutamente nada !

=) HUMO

La Tomata dijo...

Re lindo y te deja un lindo mensaje!!
Exelente don Neto!! Como siempre!!!

Siga asi!! Y si tiene un tiempito, pasese por mi humilde blog, espero no ofenderlo a usted con mi nuevo post, pero sabe que no puedo con mi genio malo!! jeje

Saludoss!!!

camila-ilustraciones dijo...

BUeno don, mire... a mi me gustaria una historia de amor... a lo mejor pueda ser algo ams policial... xq me encanta el genero... =P (de hecho estoy escribiendo algo y me gustaria que despues lo leyeras... =) ) en fin... se puede hablar... =)

Besotes!!

Gi dijo...

Me manda el Sr. Martín Gardella, me dijo que ud. y yo somos compañeritos de libro. Y sí, tiene razón, compartimos "Cantares para la incordura". Qué linda sorpresa, volveré!

Anónimo dijo...

Ya nos demostró McFly a bordo de su maravilloso De Lorean que el futuro puede ser una buena excusa para dar vuelta un par de tuercas e iluminar una nueva esperanza...
Espero que sepamos hacerlo!
Saludos Doc... digo Neto jejeje

Netomancia dijo...

Doña Tinta, mis disculpas, salió el domingo por un falló logístico: en lugar de programarlo lo guardé como borrador y recién me di cuenta el domingo ja. Los títulos deportivos me gustan, usted ya lo sabe jaja. Saludos!

Doña Mariarosa, lo tendré en cuenta para futuras publicaciones jaja. A veces derrotado es sinónimo de resignado o vapuleado. En todo caso, algunas veces, la fe logra dar fuerzas extra. Saludos!

Doña Humo, muchas gracias! Igual sabe que aquí las críticas son bienvenidas, como siempre le he dicho. La construcción debe partir del aprendizaje y sin guías, el mismo no existe. Gracias! Saludos!

Doña Daina Tomata, pero muchas gracias Iré a su blog, mmm, con que me encontraré esta vez. En cualquier momento le hacen un piquete delante de su casa. Saludos!

Amiga Cami, pondré manos a la obra entonces! Saludos!!!

Doña Gi, bienvenida. Y si llega recomendada por el amigo Martín, hasta tiene tragos gratis, mire lo que le digo. Ja. Si, coincidimos en esa antología, que lindo. Ya estaré visitando su blog! Saludos!

Don Diego, los amigos McFly y Doc nos demostraron que todo es posible y aún más. Hasta el día de hoy cuando veo las películas por centésima vez, aguardo por esos momentos fatídicos con vigorosa esperanza, esperando la resolución final que ya se, llegará. Un abrazo!

SIL dijo...

Para que las cosas cambien hay que creer. De eso se trata la fe. No se trata de milagros ni nada de eso. Es más terrenal de lo que se imagina.///

Este párrafo lleva puesto el post, Netito.
Se lleva puesto a los lectores.
Y te consagra una vez más, hermano.

Abrazo grande, tarde pero segura, desde otra pc...en fin.

SIL

Anónimo dijo...

Creo que ya te lo he dicho algunas veces, tienes una facultad increíble para pillar al lector y no soltarlo hasta el último renglón de la historia. Nos conduces de manera magistral por entre las letras en las que vas dejando que la historia trascurra y alcance el fin.
Increíble Neto.
Un saludo grande.

Unknown dijo...

me encantó lo que leí, hermoso!

Netomancia dijo...

Doña Sil! Tarde o no, siempre es un placer tenerla por aquí! A ver, cómo es eso de otra pc, que le pasó al aparato de siempre?? No me diga que claudicó?? Le mando saludos!!!!

Luis, siempre es una alegría leer sus comentarios al respecto de los textos. Se agradecen. Saludos!

Don Viajante, se agradece lo que dice. Espero verlo alguna vez más por aquí. Saludos!

Anónimo dijo...

Qué bien manejas la historia!!!!!! La libertad, los personajes, el ambiente giran alrededor de un reloj descompuesto… pero dos veces exacto cada día.
Te aplaudo esta genialidad.

Un fuerte abrazo.

Netomancia dijo...

Salvador, muchas gracias. Lo del reloj es un viejo dicho, aquí adaptado a la historia. Un abrazo!

Anónimo dijo...

el tiempo cuando todo gira al rededor de el se hace tan eterno o tan fugaz como uno no espera y no deja de sorpender.
Me gusta como lo amnejas en cada cuento tuyo, es creo de los elementos a los que le pones siempre especial cuidado, me encanta porque me mantiene atenta hasta el final.

un abrazote Netooo!

Don Belce dijo...

Muy buen relato Neto, perdón por tenerlo un tanto abandonado, después le envío un mail, un abrazo!