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13 de septiembre de 2009

Bandera a cuadros

Mucho viento. Las ráfagas violentaban el circuito. Las banderas ondulaban alocadamente, mientras el público evitaba el contacto de frente. En la pista, los autos eran flechas disparadas a más de doscientos cincuenta kilómetros por hora.
El sonido de los motores se perdía por momentos llevado por el viento, pero cuando se hacía audible, atronaba con gusto en los oídos de los espectadores.
Era final de temporada y las tensiones se disimulaban con la adrenalina que se vivía en cada rincón. En los boxes los mecánicos y demás integrantes de los equipos vivían cada metro como si fuera el último. En las tribunas la gente no ocultaba sus pasiones, haciendo rugir sus gargantas alentando a pilotos y marcas.
Los banderilleros estaban atentos en cada curva, observando la posibilidad de un choque, la necesidad de una bandera que pudiera evitar mayores problemas. Eran espectadores de la desgracia, que por supuesto, no deseaban su presencia.
Pero la velocidad era reina de la escena, sin contratiempos, sin accidentes. Las revoluciones a pleno, el buen manejo y la adrenalina de un final tan esperado. Los nervios estaban presentes, sin dudas, pero la concentración de cada piloto era total. Nadie quería quedarse fuera de la carrera, todos evitaban los roces, aunque sin dejar de arriesgar.
El viento movía los autos, jugaba con ellos, mientras se lanzaban en las rectas a casi trescientos kilómetros por hora. Pero las manos en los volantes se volvían imperturbables. La decisión, el coraje, la temeridad y pericia, conjugadas para levantar de los asientos a los presentes, motivándolos a no dejar de gritar, de alentar, de sentirse piel y carne de cada coche, de cada piloto…
La última vuelta, la tan ansiada, la que define un año. Los dos primeros del campeonato palmo a palmo, pugnando en pista la celebración más importante. El acelerador a fondo en la recta, el rebaje antes de la curva, el volante firme y el cuerpo casi inclinado para llevar el coche. El público es un solo infarto, una masa uniforme que difiere en sentimientos pero que se limita a las mismas acciones. Los dos vehículos giran en esa última curva a la par, a una velocidad que hace de la maniobra una obra de arte, un momento irrepetible, más de uno quisiera inmortalizar el momento, encuadrar la escena, detener el tiempo.
Los coches salen de la curva disparados sin el más mínimo roce, sosteniendo la batalla en velocidad, ya en la recta final, con las gomas chirriando, el motor en su máximo esplendor, las miradas puestas solo hacia delante, el viento golpeando ahora de frente, sin poder detener esas máquinas colosales que avanzan hacia la gloria… y el público, que ya estaba de pié, que salta en sus lugares, que se toma la cabeza, abriendo los ojos, la boca, gritando… gritando con fuerza aquellos que no caen desmayados, horrorizados los que no encuentran el aire suficiente en sus pulmones, llorando unos, tapándose los ojos otros…
Y en la pista, los dos autos que aceleran, que solo tienen la mirada puesta en la meta, avanzando a la par, casi tocándose, echando chispas, rugiendo con estrépito, decididos a dar todo.
En las tribunas el infarto es masivo. En los boxes, pocos creen lo que están viendo. El banderillero está tan absorto que ni ha levantado la bandera a cuadros. Los coches aceleran sin tregua y no les importa nada. Ni siquiera la niñita que se ha cruzado en la recta principal y sentada sobre el pavimento, con el cabello revuelto por el viento, se ha puesto a dibujar con una tiza enormes árboles y un sol de sonrisa envidiable.

22 comentarios:

Maga h dijo...

Diga Don Neto, que diablos quiere hacer?
El infarto masivo es en su ficción, por que generalizarlo a sus lectores?.
Diga, si no fuera por la distancia estaría golpeándolo, y no se le ocurra terminar este relato, lo prefiero abierto e imagino que los milagros o los buenos conductores existen.

No se si le mando un abrazo...mmm, no, esta vez no.

MAGAH

Mannelig dijo...

Otra vez. Qué manera de manejar el lenguaje como arcilla, para conseguir el efecto buscado, para que cualquiera que lo lea, se sienta realmente allí. Y el final ya es la pera...

Anónimo dijo...

entre mas rapido ibam mas rapido avanzaban mis ojos para terminar de leer lo antes posible... que curiosa es la mente, y la manera en que llegas a menejarla atraves de tus palabras no tiene nombre!... o si?.
eres muy bueno, me encanto!.

Anónimo dijo...

a con razon.. sin saberlo esta en competencia con Manneling =0D que curioso...llegamos por segundos casi igual a la meta =0p

besos

SIL dijo...

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!

Hijo de ...

Chau.
Te quiero igual.
No creo en los milagros..., así que mi final es cantado (y no hagas chistes pavos en este contexto sangriento, por favor)


(GREAT) nene.
:)

Lisandro dijo...

Dame el final Neto, no me dejes así... con la intriga!!!1 buenisimo!

Don Belce dijo...

IChhh, pegué un volantazo mental, la que te parió, a medida que se acercaba la meta y desbordaba la adrenalina, yo aceleraba la lectura buscando que por Dios termine este relato lo antes posible.. Ahh, me hiciste agotar.

Felipe R. Avila dijo...

Coincido con Sergio: yo leia y volcaba mi cabeza a los cosrtados cuando los coches doblaban,que lo tiró...Muy bueno.Excelente,Neto.
Ahora,Neto, ¿me deja que le cuente a Lisandro cómo termina el cuento?Bueno,gracias,le cuento.
Cuando parece que la van a pisar a la niñita, se levanta y se va a buscar otras tizas,porque-se sabe- no se puede dibujar todo el tiempo con una sola tiza blanca.La niñita va a buscar otra,de color verde.
Pero en ese instante (en que todos respiran aliviados y el sol dibujado en el pavimento parece sonreir),ene se instante cae una lluvia de meteoritos tan intensa comos prpresiva y destruye todo el autódromo.
Fin.
Neto,¿era así,no?

Felipe R. Avila dijo...

Fe de erratas: traté de escribir:
"en ese instante cae una lluvia de meteoritos tan intensa como sorpresiva"...
por favor léase esto y no aquello
otro escrito sin anteojos...

Anónimo dijo...

Netito querido eso no se hace, me dejaste con toda la curiosidad arriba de mi Match 5 cual Meteoro despistado entre tus letras!!!!
jejeje, genial loquito!!!
Un abrazo!

Martín Gardella dijo...

Uff! Senti el impacto de los autos en ese final. Espectacular! Te felicito! Es un cuentazo. Un abrazo

Anónimo dijo...

Maravilloso Neto. Realmente utilizas el lenguaje de una manera tal que logras situarnos en cada escenario que eliges.
Fantástico.
El final duro, duro, duro.
Un saludito

leoriginaldisaster dijo...

wow!!... me has puesto los pelos de punta!
no dejes nunca de escribirr!!!!!
es un gran placer leerte neto!
un gran abrazo!!!

Severi dijo...

EXCELENTE RELATO! ME SENTÍ POR MOMENTOS REVIVIENDO LA CARRERA DE LOS AUTOS LOCOS...SINCERAMENTE NO CONSUMO AUTOMOVILISMO, PERO EL RELATO TIENE BUEN RITMO Y VÉRTIGO.

PERDON POR LAS MAYUSCULAS, SE ME QUEDÓ EL CAPSLOCK JEJE..

GENIAL ESE FINAL ONDA, RUBIECITA DE POLTERGEIST! SOBERBIO!

UNA ALEGRIA LEERTE CAMPEÓN!
UN ABRAZO NETO

Harold Diaz dijo...

Excelente lo has logrado de nuevo.

Saludos!

HUMO dijo...

De acuerdo con el primer comentario, usted nos va a matar del susto!

=) HUMO

nina dijo...

AAAAAAYYYYYY.
¡Neto! Estuve leyendo nerviosa, casi apurada, encorvada y con la cara cerca de la pantalla... y al final todo el texto frenó y me dejó una imagen nada más. ¡Qué impresión!
Fascinante el texto, pobre nenita:(

Un abrazo.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Lo relataste de una manera que te dejaba en total tensión, y el final, ese final trágico que aunque no se diga mas, ya sabemos que es lo que pasara...

Netomancia dijo...

Doña Magah, lo que ud no sabe es que me auspicia un instituto de cardiología de alta tecnología! Jaja. Gracias!!!

Don Mannelig, que lindo es saber que ese trabajo de la palabra tiene su fruto. Un abrazo.

Sonia, gracias. Un vez leí a Stephen King diciendo que como escritores podíamos ser telépatas y creo que es así. Podemos ubicar, con armonía, las palabras de tal manera que logremos enfocar en la mente de los demás, lo que nosotros queremos que vean.

Sil, que son esos improperios ja. Los milagros vienen en cuentagotas últimamente, pero siempre hay una esperanza. Me quedo con la imagen previa. El final no es lo que importa ;)

Lisandro, el final es de cada uno. Un abrazo.

Don Alvarez, reconózcalo, está grande para estos trotes. En la próxima, el personaje va montado en una tortuga, se lo prometo. Un abrazo!

Felipe, ja, un final del cine catástrofe de hace unas décadas. Con efectos especiales y todo. Muy bueno. Y para no poner excusas, entre al blog con anteojos che. Jaja. Saludos!

Dieguito, si el auto es el de Meteoro, la nena se salva. Un abrazo!

Martín, que raro es ahora verte en esa imagen jaja. Gracias! Un final bastante duro, sin dudas. Saludos!

Luis, lo bueno del lenguaje es que es mágico. Y usar esa magia, es único. Saludos!

Leo, gracias. Ojalá nunca hacerlo, un abrazo!

Marcos, en los autos locos Penélope Glamour y los Macana seguramente harían un desastre en esa recta final. Gracias por estar siempre, un abrazo!

Harold, muchas gracias!

Doña Humo, no exagere. Apenas un infartito o dos. Saludos!

Nina, la velocidad es solo la distracción. Esa frenada final en la lectura, es lo que nos impacta. Nosotros frenamos, pero sabemos, la historia sigue. Saludos!

Carla, es así, no hacen falta más palabras para saber lo que el destino depara para el relato. Gracias!

Iván dijo...

Atrapante, con un inimaginable final.
Me hizo acordar al Gran Negro R.F. tu forma de meternos en escenas.

Saludos Iván

Netomancia dijo...

Gracias Iván, es un halago que te haya hecho recordar al gran escritor rosarino este texto.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Muy bueno. La verdad es que no sabía con qué ibas a salir pero jamás hubiera imaginado ese final. Impresionante.