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24 de mayo de 2009

La búsqueda

Sabe que ha conseguido un jarrón muy especial. Lo ha pagado caro, pero era el precio que debía tener. No se trataba de un jarrón como cualquier otro. No solo por el hecho de haberlo buscado durante los últimos veinte años, en los cuales había recorrido cientos de ciudades de todo el mundo y visitado los tugurios más peligrosos e impensados para dar con él.
Desde pequeño su madre le había contado la historia fantástica de ese jarrón y a él le había fascinado. Y le había revelado el secreto: dentro, estaba el tesoro más hermoso, la cosa más bella que hubiese pisado la Tierra en toda su existencia.
Ese jarrón, le dijo su madre, había estado en la familia desde hacía muchos años, pero su posesión significaba dolor, o lo que su mamá llamaba "el regreso de recuerdos que devastan y no dejan dormir". Lo había cedido, pero nunca alcanzó a decirle a quién. Cuándo una vez se lo mencionó a su abuelo, dejó caer una lágrima y le dijo que nunca volviera a hablarle de dicho jarrón.
Fue entonces cuando se propuso, una vez que fuese joven y fuerte, no descansar hasta encontrarlo. Y juró en aquel momento, no titubear ni un solo instante en su búsqueda y conseguirlo, a cualquier precio.
Y así fue que, finalmente, tras seguir una pista que había obtenido en las catacumbas de Venecia tres años atrás, dio con el jarrón en la esquina de su casa, en el viejo almacén de don Manolo, el tío de su mamá.
No podía creer cuando lo vió. Don Manolo lo tenía arriba de la heladera de los lácteos, juntando telarañas. Le preguntó a cuánto se lo dejaba. Don Manolo le dijo que no estaba en venta. El insistió, Manolo volvió a declinar. Se dijo que no se se daría por vencido, y se lo hizo saber al avejentado tío de su mamá. Manolo dijo que por nada del mundo se lo daría, que jamás comprendería la importancia de ese jarrón. Que se lo compro, que no se lo vendo. Que lo llevo, que lo deja ahí. Que si, que no. Que tengo una pistola, que tengo una escopeta. Que disparo, que yo también. Pum, pum. El viejó erró y murió.
Está corriendo, en busca de su auto. Debe escapar antes que llegue la policía. Sabe que ha conseguido un jarrón muy especial. Lo ha pagado caro, pero era el precio que debía tener. Mientras avanza por la carretera intenta resistirse, se dice que debe mirar el contenido solo cuando llegue a un lugar seguro. Pero la tentación es muy grande. Y mira. El corazón se le paraliza y comprende, tarde, muy tarde.
Dentro solo hay cenizas y una nota: "Amelia, querida esposa y madre".

20 comentarios:

HUMO dijo...

Hoy este cuentito no me cierra , pero tienes tanto talento que con más ganas esperaré al próximo, perdona si te ajusto las tuercas, pero sin ofender me gusta ser honesta, claro que podría comentarte "nada " y callarme la boca, pero no sería ni justo, ni yo, jajaja además es para que a mi parecer lo pulas y te quede de puta madre como sabes hacer tu las cosas, porque la idea prende!

Besote Don Neto, y tarde es ya para pedirle perdón por la intromisión...

=) HUMO

Cecy dijo...

Sorprende su contenido.
El cuento es espectacular.


Besos.

Anónimo dijo...

Me gustó el cuento.
Cuantas veces la visa nos pone delante de los ojos un tesoro y que difícil resulta mantenerse en el punto justo para no hacer un disparate por alcanzarlo.
Las consecuencias suelen ser más duras de lo que nos pensamos y el tesoro no tan importante como creemos.
Un placer.
PAZ

Unknown dijo...

El cuento es un poco apresurado, pero la historia es incuestionable, notable. felicitaciones!
L.

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Estoy parcialmente de acuerdo con HUMO. La idea como tal es excepcional y da para un fascinante intriga. El final, sin ser malo, le falta más contundencia.

Un saludo.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Me gusto el cuento... era su abuela... ahora tenia sentido todo lo que le habia dicho su mamá, quizas el creyo otra cosa... que era algo fantastico, o algo material.
Por eso su tio no se lo queria dar...
Ahora debe darse cuenta de lo tonto que fue...

Netomancia dijo...

Doña Humo, no tiene que pedir perdón por nada, su crítica es bienvenida. Si todo fuera elogio, ya sospecharía. Muchas gracias!

Cecy, gracias. Si, un contenido nada esperado tampoco por el protagonista.

Luis, muy cierto lo que decís. A veces por una meta o un capricho, podemos llegar a romper cualquier barrera y no siempre lo que encontramos, nos resulta valioso. Porque lo valioso para algunos, es poco para otros.

Don Leggiere! Qué bueno verlo comentando por estos lares, le cuento que no paro de escuchar el nuevo de los Manics tras ver en su blog la salida al mercado. Le agradezco el comentario!

Alejandro, muchas gracias también. Quizás le falta un giro más impactante, sin embargo la idea a la que intentaba llegar es que algo que uno atesora tanto, no tiene el mismo valor para otros.

Carla, exactamente, era su abuela. El valor espiritual fue trastocado por su afán en algo material. Gracias!

SIL dijo...

A ver bichito...mató al tío para obtener el jarrón que tenía las cenizas de Amelia, la esposa de su abuelo, y madre de su madre, que lo envolvió en una fantasía, que terminó en tragedia...por pensar este pobre tipo que en el jarrón había algo de valor material...
OJO!!! AL PIOJO!!!
Hay cenizas que valen más que mil diamantes... Las cenizas de un amor , por ejemplo...
Me fui del tema...
Creo que lo entendí.
Me tuve que hacer el árbol genealógico en un papelito. ( confesión)

Y el coment de Carla me dio el empujón final.
Che, me gustó esta especie de acertijo...
BESOS complicados.

Netomancia dijo...

Gracias Doña Sil, el tipelo pensó que había algo valioso y si, era algo valioso, pero para su madre, su abuelo... no para su mente condenada a las búsquedas imposibles. Aquel que no comprende que lo más valioso son los seres queridos, estará buscando en vano durante toda la vida quimeras inexistentes.
Y guárdese el papelito, que por ahí le sigo complicando la cabeza con relatos raros, pero ojo, recién cuando regrese de mi viaje con los extraterrestres.

SIL dijo...

Una semana ??? mejor, así no me controla tanto. Sin radar, uno vuela más tranquilo...

SIL dijo...

N. DE LA R.
No le pude distraer la atención ni con el post de Hello Kitty todo pintado de rosa... mejor váyase un mes.

Martín Gardella dijo...

Neto, la historia atrapa, tu forma de escribir también. El final a mi me sorprendió. Siempre se puede pulir todo, a mi me pasa lo mismo, pero en un momento hay que decir: "Chau,lo publico así y listo" y decidirse. Me alegra que asi lo hayas hecho. Un abrazo

Severi dijo...

el ritmo del cuento me encantó, el final lo veo como un contrapunto acertado, no me molestó. Me gusta esa impronta doméstica. un abrazo.

Romina dijo...

pero qué final!
inesperado,escalofriante!!!

Muy buen texto Neto!

Besos Apasionados♥

Romina dijo...

pero qué final!
inesperado,escalofriante!!!

Muy buen texto Neto!

Besos Apasionados♥

el oso dijo...

Netísimo, se ha mandado un relato redondito, redondito. Me ha gustado mucho la forma en que se desarrolla, sin palabras de más, sin estridencias, pero con una contundencia tal que hace que estemos ávidos por la oración siguiente a casa paso.
Abrazo

Maga h dijo...

Muy bueno NETO, así somos, naturalmente curiosos.

Si se nos niega la verdad, si no se nos dice, hacemos una fantasía que suele ser la que nos impulsa a la busqueda a intentar saber.

Así somos de chicos, no? Nos dicen no mires, no escuches, eso no se toca y actuamos a la inversa.

Generalmente el final es el que describiste maravilosamente, nos encontramos con la decepción, no era "tan" importante ni jugoso, como inventamos en nuestra fantasía.

GENIAL!

Magah

Anónimo dijo...

Así me gustan las historias, sin demasiadas vueltas, con un ritmo agitado, es la forma en que logran atraparme y meterme dentro de ella, y ansiar el final. Y asi fue, y después, cuando llegas al punto final, entonces es ahí donde empezás a pensar, y a atar hilos, y te deja preguntándote: quién habrá sido Amelia?, pues en ninguna parte lo dice claramente. Pero si vuelves ahi lo descubres. Me encantó. Se nota no? Y es que tiene los condimentos justos: suspenso, emoción, vértigo, secretos. Muy bueno!!

Annie dijo...

Don Neto:

Esta forma de escribir suya me deja anonadada. Lo releí algunas veces y ME ENCANTÓ.

BESOTES

Anónimo dijo...

yo si que pierdo cosas valiosas cuando no paso seguido por aquí sr ernest!
qué placer leerte!

abrazos valiosos!!