Nos equivocamos y culpamos al azar; sin embargo, sabemos, escogimos un mal momento para soñar. Tristeza al hombro, marchamos sin mirar atrás. El silencio de las lágrimas nos acongoja y el pecho se nos estemece bajo un vano intento de sobrevivir. No hay reproches al cielo, no hay insultos al viento. Solo resignación.
Lejos, el grito de libertad cae bajo el calor de las armas. Las últimas esperanzas resuenan entre lamentos. La lluvia oculta las almas derramadas en color bermellón. Todo se diluye. Todo se esfuma. Tacos se repiten en las veredas. La pesadilla se consuma y en ella, el acero es rey.
¿Sobrevivimos? No lo sabemos aún. Tan solo nos inmuscuimos en la oscuridad, temerosos de pensar, incapaces de hablar, avergonzados de saber, que ya no queda más que la ceniza de una idea, de un sentir. El mundo nuestro, sin el canto de las furiosas bestias, se rinde tras las altas colinas.
Bajo las estrellas, de un descampado más, dejo de existir.
El museo
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*EL MUSEO. Cuento.*
El problema del museo no era su vejez, era el abandono en que lo había
sumido la desidia de sus últimos directores y la poca colab...
Hace 1 día.
1 comentario:
¿sobrevivimos? o simplemente reptamos...
al horizonte le daré la espalda, por las dudas...
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