Versión con fondo blanco, para ojos sensibles

www.OLVIDADOS.com.ar - Avila + Netomancia

22 de septiembre de 2014

Carmen en primavera

Pedir en primavera es lo más lindo. El sol tibio arrullando con ternura el rostro, la brisa fresca abanicando el aire, las flores coloridas asomando en cada esquina. Hasta la gente parece más bondadosa, suelta de bolsillo.
Para Carmen, pedir en primavera es como meterse en el río en pleno verano, como encontrar un cobijo adecuado en pleno invierno, como saltar con ganas sobre las hojas secas en otoño. La primavera le contagia una sonrisa que no aparece en ninguna otra época y es quizá ese detalle el que provoca el milagro.
Llega para la siesta a la casilla de chapa con las manos llenas. Varias monedas, algunos billetes y dos bolsas de pan. Todo desaparece en un santiamén en poder de sus padres, pero se sienta a la tabla que hace de mesa con la misma sonrisa que le regaló a las calles, en su andar tempranero.
Recibe algo de pan y un poco de caldo, demasiado frío. ¿Qué mejor premio para tanta caminata y cantito repetido? Luego la calle de tierra, alguna pelota de trapo que aparece por ahí, restos de alguna muñeca que alguien le presta al pasar. Comparten, juegan, se olvidan de los pies cansados, del estómago hambriento. Pero el recreo termina con el grito adulto, que los llama para seguir recorriendo la ciudad de la única manera que conoce.
- Insistí Carmen, que pedir no es una ofensa - le dice su madre despidiéndola delante de la puerta de madera, que a duras penas se mantiene recta.
La niña se aleja correteando, casi sin mirar el camino. Lo conoce de memoria. Y se pierde entre otras casillas, en un paisaje de supervivencia, mientras la madre se mete adentro para amasar algo de pan que Enrique, el más grande, saldrá a vender cerca del atardecer. Ninguno conoce de oportunidades, más que las que tienen al alcance de la mano.
Carmen no sufre, no se queja. Así es su vida, por mil razones que no conoce. Solo sabe pocas cosas. Las necesarias para sobrevivir. Porque de eso se trata la vida. Y para Carmen, si es en primavera, mucho mejor.

2 comentarios:

el oso dijo...

Conozco alguna gente de esa que sabe sonreír en cualquier situación. Y de las otras, algunas más.
Abrazo

maria dijo...

Sin duda un panorama muy poético para una realidad muy cruda pero esta bueno