Alguien alzó su mano, apuntando con un dedo. Los demás siguieron con sus ojos la dirección señalada. El sol los enceguecía, pero insistieron aguzando las miradas. ¿Acaso aquello era posible?
Un pedazo de cielo caía agonizante, pesadamente. Se desprendía del firmamento como si hubiese estado dibujado. En todas partes se escucharon gritos. ¡Una pesadilla convertida en realidad! ¡El fin del mundo! Las voces angustiadas profetizaban el último día sobre la Tierra.
En tanto, por el hueco resultante de aquel trozo celeste que caía y caía, se asomó un rostro. Oscuro, de ojos desorbitados, extendió un brazo y con una mano terminada en garras, atrapó el cielo que caía.
Antes de colocarlo nuevamente en su lugar pidió disculpas en un idioma que entendieron todos.
El cartonero.
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Caminaba lento, empujando un carro de supermercado cargado con
cartones, botellas y trapos. Cubierto en pleno enero, con lo que habí...
Hace 3 días.
5 comentarios:
Muy bueno!
Mini-perla.
Abrazo.
Mundo pecera... Como todos. Si, tétrico.
Saludos
J.
Ya no se puede esperar mucho de los que sostienen el cielo...
Muy buenas alegorías (al menos pa mi gusto!)
Abrazo
¡Uhhh! Qué final. Excelente, Netomancia.
Saludos...
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