Versión con fondo blanco, para ojos sensibles

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2 de mayo de 2009

El cubo

Mire por donde lo mire, es un cubo. Seis caras cuadradas iguales, ocho vértices y doce aristas, es decir, lo que aquellos que hablan bien, nombran como hexaedro. No hay ningún misterio.
Y entonces... de dónde proviene la música? Porque si me lo acerco al oído, no percibo que llegue desde su interior. Si lo agito, no detecto nada dentro, al menos que esté suelto. Pero no pareciera haber un parlante o circuito o lo que corno sea que pueda emitir sonido. Y no cualquier sonido. Estamos hablando de la overtura de La Flauta Mágica, de Mozart.
Ahora, qué hago con este cubo en la mano. También es extraño. A ver, veamos... venía caminando por el sendero que va al arroyo, pero en dirección este, de repente... de repente qué? si, algo pasó, pero qué...
Si, si, la luz. Una gran bola de luz. Lo recuerdo, bien. Y algo que se estrelló detrás de la colina. A medida que me acercaba el olor a chamuscado me llegaba claramente a la nariz. El olfato no me engañaba, algo muy caliente había caído del otro lado de la colina.
Metal retorcido. Esa es la imagen que tengo en la cabeza. Una gran bola de color acero, despidiendo humo y vapor y a pocos metros, sobre la gramilla quemada, estaba el cubo.
Y corrí a buscarlo. Estaba sobre algo... tengo que recordar. Una mano! Si, al cubo lo sostenía una mano. Y tenía algo raro... los dedos! Solo eran tres y largos y las uñas de un color violáceo, casi cristalino. Y la mano pertenecía a un brazo largo y escuálido, repleto de pintitas rojas, como si fueran pequeños lunares. Pero no vi el cuerpo, porque estaba aplastado debajo de lo que debió ser, parte de algún tipo de nave.
Tomé el cubo y seguí caminando. Por algún motivo me cuesta recordarlo todo. Incluso no se cómo es que llegué aquí... pero, ¿dónde estoy?.
Cuatro paredes iguales, el piso, el techo. Seis cuadrados perfectos, ocho vértices y doce aristas. Es imposible...
El miedo, la angustia, el no saber dónde estar, ni como salir. Los cómo, los por qué, los dónde y los cuándo, todos se agolpan en mi mente, junto a la imagen tétrica y enfermiza del pequeño cubo que aún sostengo en mis manos y al sonido fuerte y delicioso que acompaña mi perdición en los bosques hexaédricos de la demencia.

13 comentarios:

SIL dijo...

Amor, a vos te agarraron y te llevaron un rato... qué me venís con lo del trabajo semanal y toda esa excusa...(uy! me salió la bruja!!)
Lo único que no me cierra es que hayas visto el partido...pero bue..la nave tendría TV que sé yo...
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EN SERIO: magnífico relato, Sr. Misterio, como siempre.
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BESOS CÚBICOS

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Deliciosa esa narración lenta, psicológica, demente. Lo de la nave no me gusta mucho, pero el cubo sí genera un misterio extraordinario.

Abrazos cúbicos (con el permiso de Sil).

Netomancia dijo...

Es que en la nave, mi mujer todavía me deja ver fútbol, siempre y cuando no sea un partido de Primera C. Todo no se puede, vió.
A cambio le hago los mandados. Sabiduría cósmica que le dicen.

SIL dijo...

Así que también se la llevaron a ella...ta bien.
Agradezca !!! que solo le tenga que hacer los mandados a cambio !!! Esta dama tiene urgente que exigir más a cambio !!!
(Avivada cósmica, que le dicen, vio)

Martín Gardella dijo...

Muy atrapante este relato Netomancia! Un cubo aterrador. Un abrazo

el oso dijo...

¿No habrá perdido mucha guita a los dados ud..?
Ya decía mi vieja: no juntes porquerías por la calle, no sabés las enfermedades que pueden traer.
Justo anoche alguien me mostró un parlante perfectamente cúbico, así que se me vino a la mente ese parlante.

¡Muy bueno, Neto!

¡¡Ah!! Y enormes felicitaciones por la publicación, merece publicar muchos más cuentos, por supuesto, pero es un buen indicio!!!

Netomancia dijo...

Lo que nunca tengo, no apuesto. Je.
Gracias don Oso, vamos a ver cuántos ejemplares me mandan, no creo que muchos, pero es probable que ligue uno.

Isabel Estercita Lew dijo...

Hola Netomancia, me encantó tu relato, es bastante mágicamente loco, me gusta ese estilo.
Si todavia conservas el cubo, después pasámelo para ver lo que se siente.

Estercita

Taller Literario Kapasulino dijo...

Muy bueno, lleno de sensaciones y emociones!

SIL dijo...

SIII , YA LA CONOZCO: EL GENIO DE LA WEB...
ESPECTACULAR...
VOY A PROBAR PENSAR EN UD, A VER SI ME LO ADIVINA...
IGUAL GRACIAS POR EL DATO.
ES GENIAL LA PÁGINA.
BESOS GENIALES.

Verónica Alonso dijo...

me gustó.

Silvana Muzzopappa dijo...

Me encantó. Lamentablemente la mano me la imaginé verde (supongo que por tanto extraterrestre verde visto por ahí) y al agregarle los lunares rojos y las uñas violáceas quedó una imagen un tanto... desagradable, digamos :)
Por lo visto su demencia suena a Mozart. Nada mal.
Saludos.

Netomancia dijo...

Isabel, gracias por comentar y me alegra que te haya gustado.
Gracias Carla!
De nada doña Sil!
Me alegro Vero A.
Shiru, la demencia del personaje o la mía? ja. Gracias, como siempre.